lunes, 23 de mayo de 2016

De Marshelm. Orígenes.





El poder era una mancha, una falta según los pensamientos de mis padres despreciable y sucia.
La práctica de un don tan impuro y originado por el oscuro tenía que ser penado con la muerte.
Ese era el pan de cada día de mi hogar, incluso más irónico y falso sonaba ya que vivíamos al amparo de tar valon, en una de las aldeas de entrada de la gran urbe.
Mi nombre es Marshelm Arinshaw, hija única de mis padres, lugareños de la aldea de alindaer, ubicada a la sombra de la capital del poder y de las aes sedai.
Nacida el día 7 del mes de maigdhal, de niñez relativamente tranquila, fui criada con las habituales carencias de una familia de pescadores, con el discurso diario de mis padres y su odio visceral a todo lo que tenga que ver con el poder. Tengo ahora 14 años y escribo un diario, ya que es el único amigo que puedo encontrar en esta vida disciplinada donde no puedo tener amigos o confiar en nadie en mi ciudad porque están relacionados con el oscuro y sus hijas, las aes sedai.
Lo que mis padres no saben es que cada día cuando voy a cuidar del único caballo que tenemos, para que padre haga sus viajes, me escapo algunas horas a leer en compañía de una chica que conocí por casualidad un día en la posada de la trucha saltarina, ella iba a la capital con su padre, por lo que pude escuchar ellos eran nobles de cairhien y venían como peticionarios a la torre blanca porque ella estaba muy enferma.
Por este mismo motivo ella se hospedaba en la posada mientras su padre iba cada día a la torre blanca a esperar ser atendido por la sede amyrlin. nos hicimos amigas cuando ese mismo día de su llegada en la tarde fui a dejar unos pescados que el posadero le había encargado a mi padre, ella estaba leyendo y yo sigilosamente me acerqué a mirar su libro, ya que en casa de mis padres no permitían libros de curaciones o hierbas, y ese parecía ser de alguna de las dos cosas, ella me miró y me sonrojé, y desde ese momento con una amable sonrisa compartimos la lectura cada tarde secretamente en un pequeño reservado de la posada.
A mi edad dicen que tengo mucha vivacidad, y no sé si por eso o por lo cerrado de mi círculo social,  leer todos esos libros me hizo sospechar del don que tengo para sanar heridas.
No sé si enfermedades, pero sé que puedo sanar heridas, porque he curado muchas heridas de nuestro caballo y de algunos otros animales, Ya que amo los animales. son mi vida y me llenan de paz dentro de la rutina del día a día en mi hogar.
Es mi más preciado secreto, porque conociendo el odio de mis padres por el poder no dudo que pensaran que ya yo era una amiga oscura! Solo por tener un don maravilloso de sanar, sin nada que tenga que ver con el poder. Aunque cierto es también que no odio ese tema como mis padres, al contrario, siento curiosidad por todo ello, pero no tanta como para meterme en la torre blanca, porque es un lugar que me atemoriza y más sus habitantes, les tengo respeto y un gran temor  a todas ellas, porque el poder es algo tan asombroso y vivir tan cerca de ellas, ver sus prodigios me han hecho verlas como lo que son, personas con un gran dominio  de sí mismas y con un gran regalo otorgado por el creador. Ya lo que hagan con sus dones depende de cada quien, como resulta con el resto de los mortales, y este entendimiento me hace dudar de mis padres acerca de que todas ellas son amigas oscuras. Quizá estas no son palabras o ideas de una chica de 14 años, pero vivir con mi familia e instruirme secretamente me ha hecho darme cuenta de muchas cosas y me hace también compararlo todo con lo que veo y lo que vivo en mis pequeñas aventuras en tar valon.

Termino así esta primera crónica de mi diario, más adelante describiré mi aventura más reciente.
At: Marshelm Arinshaw


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