Es un nuevo día, casi no he podido dormir y
eso que estaba agotada, pero mi cabeza estaba repasando y repasando todo lo que
sucedió con la maestra y el giro completo que ha dado mi vida.
Rápidamente escribo en mi diario estas
palabras, porque tengo que levantarme, hacer mi cama y prepararme con mis
nuevas ropas para ir a tomar el desayuno.
Y me tomo el tiempo, porque tengo que describir
un nuevo sueño o como se llamen estas extrañas visiones que se apoderan de mí
sin ningún aviso. Fue esta mañana, al levantarme de la cama, mi vista se
oscureció y vi a un chico, estaba sudoroso y se veía agotado ya que estaba en una
pelea con un hombre muy alto, de cabello moreno, con una cicatriz en la nariz
que parecía ser muy vieja, también me fijé que era muy curtido en la batalla. De la nada no
sé cómo ni por qué, los ojos azules de ese hombre se fijaron en mí.
Unos ojos profundos, con una mirada muy clara y que parecía ver lo
más insondable de mi ser.
Me miró, y solo me miró, no sé cuánto
tiempo estuve atrapada en ese momento, pero sentí que fue una eternidad, hasta
que levantó su espada y rasgó el aire entre nosotros con ella, despertándome y
volviendo a la realidad y calidez de la cama en la torre blanca.
Temblorosa me puse en pié, y sin poder
quedarme tranquila me paseé por la habitación, como siempre que pasaba con
estas… visiones o lo que fuera, el significado era algo huidizo, lo que tenía
claro es que la conexión entre ese hombre y yo sería muy profunda y que
veríamos muchas batallas librarse, los dos, juntos.
Dejo estas breves líneas hasta aquí, espero
al anochecer poder escribir alguna nueva experiencia.
Atentamente: Marshelm Arinshaw
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