Esta historia comienza en una aldea al Sureste de Lugar, que es la capital de las tierras de Murandi.
Es una pequeña aldea de unasocho o nueve cabañas de madera y allí los aldeanos se dedican a la agricultura y sobre todo a la ganadería.
En una de esas cabañas, vive una familia, donde hay un pequeño llamado Sloan, es un chico de unos 9 años de edad,de pelo negro como la misma noche, ojos azules, como el cielo cuando está raso y una piel blanca como la misma leche.
Desde muy pequeño, se pasaba la vida con su padre en las tareas de pastor y otras veces jugando con una espada de madera, dando con ella a espantapájaros que habían distribuidos por los distintos sembrados alrededor de la aldea. Algunas veces marchaba con su padre a pastorear al noroeste de lugard siendo para él, una aventura impresionante dado la distancia a recorrer y estando varios días fuera de su hogar.
En esos parajes Sloan lo pasaba jugando con los hijos de otros pastores; que también buscaban aventura con sus padres.
Mas de una vez los chicos se asustaron al ver un enorme león que para saciar su hambre, atacaba por las noches los rebaños
Se decía muchas veces que algún día mataría a esa fiera.
Al regresar a su aldea, y al pasar por la capital, iba con su padre a Lugard para ayudarle con las compras que éste debía hacer para suministro de su casa.
Fue conociendo personas y aprendiendo de ellas las historias que le contaban a su padre de distintos pueblos y lugares; estas historias despertaban en Sloan una curiosidad tal, que se decía que cuando fuese mayor iría a explorar para conocer mundo.
También bajaban a pastorear al sur de su aldea, cerca del río a las montañas haciéndese amigo del posadero donde pasaban muchas veces para comer.
El barquero que pasaba a las gentes el río con su barca, que estaba prácticamente al lado de la posada, le hizo gracia el chico por la inquietud que le veía; y le cogió tal afecto que cuando pasaba con su padre por allí a pastorear no les cobraba la barca para cruzar el río, y muchas veces el chaval se quedaba con él mientras su padre pastoreaba por los montes; el barquero le contaba muchas historias de muy diversos lugares, y además escuchaba a los viajeros contar otras que atraían la atención de Sloan.
Otros relatos le daban un poco de miedo, dado que veía que alguna vez pudiera ocurrirle a Muranddi, que era el lugar donde había nacido y conocía ya muy bien.
Fueron pasando algunos años y Sloan crecía disfrutando con sus amigos y del ambiente familiar de la aldea, visitando algunas veces él solo a sus amigos el posadero y el barquero para que le contaran mas historias tan apasionantes.
Un día cuando fue a ver a sus amigos al sur de la aldea, éstos le contaron que tuviese mucho cuidado que en los montes que había cruzando el río y al sureste, una mansión que había allí, había sido asaltada por unos trolloc, que como Sloan había escuchado en muchas ocasiones en las historias de algunos viajantes, eran horrorosos y muy fieros, y muchas veces formaban como un ejército al mando de algún hombre muy raro que sin ojos veía y podía moverse sin ninguna dificultad utilizando como una especie de magia extraña.
Estos seres tan desagradables, eran seguidores del mal, del oscuro que pretendía gobernar el mundo por completo y hacer súbditos suyos a todo el que encontrase en su camino. Con esta advertencia se dio cuenta que nadie podía estar tranquilo en ningún lugar, como su padre de decía siempre, que había que estar alerta y con los oídos y la vista bien dispuestos para poder reaccionar a tiempo.
Un día que regresaba a su casa, cercano ya a la aldea, se encontró con su padre que estaba muy alterado y compungido, le cogió y lo escondió en un cajón encajado en la pared detrás de unos aperos de labranza, indicándole que no se moviese de ahí, dado que por los alrededores habían unos seres muy raros y feos, llamados trolloc que estaban atacando y arrasando todo lo que encontraban a su paso; le dijo que no se preocupase de él, que intentaría ayudar a otros hombres a deshacerse de esas vestías.
Pasaron algunas horas, y se escuchaba desde el cajón sonidos que para Sloan eran novedosos, rugidos muy extraños, aullidos y a personas gritando ya no sabía si de miedo, dolor, o de muerte en muchos casos; escuchaba como tiraban todo por el suelo e incendiaban las casas, y en no mucho tiempo, dejó de oír las espadas al chocar unas con otras.
Había pasado ya mucho tiempo, tanto como una eternidad visto desde un cajón escondido dentro de una pared, cuando se dio cuenta que lo que fuese había pasado ya; intentó moverse para sacudir el cajón y separarlo del escondite para poder salir, pero fue infructuoso y empezó a tener miedo de morirse de hambre y sed, cuando escuchó hablar cada vez mas cerca, a unos hombres que estaban viendo lo poco que había quedado del amasacre, y cuando las voces estaban muy próximas Sloan gritó pidiendo ayuda; entonces fue cuando lo encontraron y le contaron todo el amasacre acontecido en la aldea y alrededores, solo se pudieron salvar unos pocos pero su familia prácticamente había muerto y de sus conocidos muy pocos habían sobrevivido.
A su amigo el barquero y el posadero, les dio tiempo para poder esconderse bien y no fueron encontrados por esos malignos trolloc.
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