lunes, 29 de mayo de 2017
De Khalindira y Ayein. Las lobas se preparan para cazar.
Tras la partida de Siuan, Khalindira ha de ponerse en movimiento. Pero antes de viajar hacia Fal Dara en busca de Sartek (y de enfrentar ese complicado reencuentro), debe pedirle a Ayein un ultimo favor, para luego permitirle a la Hermana Loba recuperar su vida previa al ataque que sufrio en el Tel'arand'rhiot.
Participantes:
Ayein, Khalindira, Nevada. (punto de vista neutro)
Junto a un arroyuelo
Al pie del cerro discurre un arroyuelo de aguas cristalinas y heladas.
Los ciudadanos vienen a lavar y a pescar, aunque a menudo los peces
brillan por su ausencia.
Ayein esta sentada junto al arrollo, terminando de zurcir los pantalones que estaba cosiendo cuando llego la Aes Sedai.
Khalindira sale de la casa y busca a Ayein con la mirada. Tan pronto la ve cerca del rio se dirige hacia alli a paso rapido.
Ayein levanta la cabeza de su costura, alguien se acerca, y pronto sabe de quien se trata.
Khalindira observa que Ayein levanta la cabeza, y no deja de maravillarse de la agudeza de sus sentidos. Ni abrazando la Fuente ella podria escuchar a alguien con unos delicados escarpines acercarse a esa distancia.
Ayein percibe un efluvio a resolucion y sonrie mientras se da la vuelta para recibir a Khalindira.
Khalindira sonrie a la mujer y observa los pantalones que ha estado cosiendo.
Khalindira dice 'Creo que igual compramos unos nuevos, eh?'
Ayein susurra 'no es necesario'
Ayein palmea la hierba a su lado en un claro gesto de invitacion.
Khalindira sonrie y toma asiento al lado de su amiga en un revuelo de faldas y enaguas.
Khalindira dice 'Un dia de estos voy a comprarme un par de esos'
Ayein susurra 'pantalones? si quieres te hago unos'
Khalindira mueve la cabeza sopesando la idea.
Khalindira dice 'Por muy tentador y comodo que resulte, me temo que no seria bien visto en Tar Valon. '
Ayein da la ultima puntada. Despues saca un tarro de una bolsa que hay a su lado y se pone a engrasar el cuero para impermeabilizarlo
Ayein susurra 'por que?'
Khalindira suspira al tiempo que coge un diente de leon y lo mira con sus ojos que, a la Luz del dia, se vuelven mas acuosos.
Khalindira dice 'Pues... es una buena pregunta. Supongo que la posicion de las Aes Sedai las lleva a pensar que deben ataviarse como reinas para cumplir su mision. Solo las verdes pasan de ello, y creo que solo es porque seria complicado entrar en combate levantandote las enaguas para no tropezarte...'
Ayein sonrie al figurarse la imagen
Ayein susurra 'estas mejor '
Khalindira sonrie y asiente. Ayein no ha preguntado, simplemente sabe que es asi.
Khalindira dice 'Lo bueno de hablar contigo es que sabes las cosas antes incluso que yo misma. Lo malo... es que sabes las cosas antes que yo misma'
Ayein la mira con cierta perplejidad al principio, luego asiente.
Khalindira dice 'Y Nevada?'
Khalindira sopla el diente de leon y observa los pequeños plumerillos volar a su alrededor.
Ayein señala por detras de su espalda, un bosque mas alla del cerro
Khalindira dice 'Pobre, ha de querer marcharse de este pueblo de una vez, no?'
Ayein susurra 'esta en el bosque, viene y va, pero si, la manada se esta moviendo '
Khalindira frunce el ceño y mira interesada a Ayein.
Khalindira dice 'Pense que la manada te seguia a ti...'
Ayein termina de engrasar los pantalones y lo guarda todo.
Ayein susurra 'a mi? oh, no! La manada tiene sus propias normas, Khali, yo puedo ir o no con ellos'
Ayein se enjuaga las manos en el agua.
Khalindira asiente lentamente. Es tan gratificante que al menos alguien la llame simplemente Khali. Estar en Manala estos dias en compañia de alguien que la valora por quien es y no por el puesto que ocupa en la Torre ha sido tan reparador, que quisiera no tener que irse nunca.
Khalindira dice 'Y que vas a hacer? Sabes que no puedo seguir dilatando mi estancia aqui, por mas a gusto que me encuentre en este sitio y en vuestra compañia. '
Ayein que se ha quedado sin nada que hacer, juguetea con una brizna de hierba
Ayein susurra 'no lo se, tu me dijiste que no me puedo mover... pero... tengo que moverme. No puedo estar aqui siempre'
Khalindira suspira profundamente.
Khalindira dice 'Estamos las dos en las mismas circunstancias, me temo. '
Ayein coge unos tallos y comienza a trenzarlos
Khalindira dice 'Pero yo no te pedi que te quedaras por capricho, o imposicion, sino por tu seguridad. Entonces no entendia mucho de ti y tus hermanos y temi que no pudieras defenderte. '
Ayein susurra 'ya lo se, no te preocupes, a mi tambien me ha ido bien esto, he podido recuperarme mejor'
Khalindira mira el hacer de las curtidas manos de la mujer por unos segundos.
Khalindira dice 'Es tiempo de que te muevas a la seguridad de la Manada, Ayein. Ahora comprendo que estas preparada para protegerte y que cuentas con un grupo que te es leal y te protegera a cualquier precio...'
Khalindira susurra 'que es mucho mas que con lo que yo puedo contar...'
Ayein acaricia la mano de Khalindira.
Ayein susurra 'tu tampoco estas sola'
Khalindira sostiene la mano de Ayein y la aprieta fuerte.
Khalindira dice 'Tienes razon. Cuento contigo. Con Silviana y Siuan. Y bueno... con esa cabra caprichosa de guardian'
Ayein abre mucho los ojos y luego rie quedamente.
Ayein susurra 'el te quiere'
Khalindira resopla y mira hacia el rio
Khalindira dice 'Bah, ya sabes tu como son los hombres...'
Ayein susurra 'no, no lo se mucho, pero es igual'
Khalindira se encoge de hombros y luego hace un aspaviento con la mano, como quitando importancia al tema.
Khalindira dice 'Hacia donde iras, Ayein?'
Ayein se queda abstraida, pensando y mira hacia el bosque.
Ayein susurra 'no lo se, tengo que preguntarles adonde van pero... dime que quieres, Khali '
Khalindira no se inmuta ante la pregunta directa. No hay forma de ocultarle nada a Ayein.
Khalindira dice 'Ayuda'
Ayein se pone muy seria, interrogando con la mirada y con sus manos que no pierden el habito de expresarse.
Khalindira dice 'Creo que se quien esta detras de todos los acontecimientos nefastos que estuvieron sucediendo en torno a la Sede Amyrlin. Incluso en torno a tus sueños. '
Ayein se toca la garganta en su habitual ademan instintivo.
Ayein susurra 'y yo puedo ayudarte?'
Khalindira dice 'Si. Si he entendido bien, tu podrias reconocer el olor de una persona con la que ya te has cruzado, cierto?'
Ayein susurra 'si, normalmente es asi'
Khalindira asiente y posa su mirada en los dorados ojos de la Hermana Loba.
Khalindira dice 'Recuerdas el efluvio de la mujer del tel'arand... del sueño del lobo?'
Ayein cierra los ojos, rememorando, esforzandose por evocar el olor.
Ayein susurra 'supongo que podria reconocerlo si volviera a encontrarlo, pero no puedo estar segura del todo, Khali'
Khalindira asiente sin dejar de mirarla.
Khalindira dice 'Ya. Pero tambien he aprendido que percibes el miedo, el nerviosismo y otras emociones en los demas, verdad?'
Ayein sostiene la mirada de Khalindira con una franqueza insoslayable.
Ayein susurra 'si. no percibo las emociones, percibo el olor de las emociones '
Khalindira asiente lentamente. A los fines practicos, para ella es lo mismo.
Ayein susurra 'no huelo la maldad, huelo si una persona mala se dispone a cometerla, el olor que produce odiar, o tener envidia, o sentir sed de venganza, es diferente'
Ayein recapacita un instante.
Ayein susurra 'si alguien malo, malvado, recoge el polluelo de un ave porque le gusta ese animal y siente ternura, yo olere esa ternura y parecera que es una persona buena '
Khalindira dice 'Entiendo. Me bastara con que reconozcas el olor de una persona que ya viste y que puedas percibir si la persona miente. Eso puedes hacerlo?'
Ayein susurra 'la mentira es acre, puedo hacerlo si esa persona no hace de su mentira una verdad'
Khalindira dice 'Bien. Y sabes que una Aes Sedai no puede mentir. Es decir, si quisiera decir que tu cabello es verde, aseverandolo, las palabras se ahogarian en mi garganta. '
Ayein susurra 'quieres que busque a esa persona en el Sueño del Lobo?'
Khalindira niega con la cabeza y coge la mano de Ayein con la suya libre.
Khalindira dice 'Ni se te ocurra'
Ayein susurra 'sabes que voy a volver alli, Khali, no podre evitarlo'
Khalindira dice 'Lo se. Y eres mayor para decidir por ti misma, pero al menos prometeme que no lo haras hasta que acabemos con esta caceria. Ella ya te vio, y ya te conoce. Si volveis a cruzaros, no dudara en matarte. Y no podras con ella alli. '
Ayein susurra 'las cacerias no se terminan en dos dias, Khali, no puedo esperar, tu vas a luchar por tus hermanas que han muerto, yo tengo que luchar por los hermanos que estan muriendo, y mueren alli, y nunca mas viviran '
Ayein se estremece.
Khalindira aprieta con fuerza la mano de su amiga.
Khalindira dice 'Esta caceria acabara pronto. Y necesito tu ayuda. Porque ella no solo pone en riesgo a mis Aes Sedai. Te pone en riesgo a ti, que eres mi amiga. Y tambien pone en riesgo a tus hermanos. '
Ayein susurra 'entonces deja que Ayein cace contigo'
Ayein se tapa la boca.
Ayein susurra 'deja que yo cace contigo '
Khalindira sonrie cuando la mujer se corrige y asiente con firmeza.
Khalindira dice 'Bien, pero tu sabes que para cazar un venado, la manada debe ser astuta y moverse coordinadamente'
Khalindira se sorprende al encontrarse hablando con Ayein en sus propios terminos. Algo de la Gris que fue siempre vivira en ella.
Ayein susurra 'mi manada caza alli, alli somos fuertes, ellos saben, ellos conocen, aqui nunca podran ayudar porque nunca entraran en tu torre '
Khalindira levanta la mano como para ordenar silencio, pero rapidamente se da cuenta de que ahora no es la Amyrlin, es Khali, y la baja.
Ayein sigue la trayectoria de la mano de Khalindira sin haber comprendido muy bien que pretendia hacer
Khalindira dice 'La presa no esta en la Torre, Ayein. Y es por eso que este es el momento de sorprenderla. '
Ayein susurra 'donde esta'
Khalindira rebusca en la escarcela del vestido y extrae un pequeño trozo de papel, el cual luego le tiende a la mujer.
Khalindira dice 'No menciones lo que dice. '
Khalindira mira a su alrededor como si buscara un enemigo invisible.
Ayein se suelta de Khalindira, desdobla el papel y lo lee, bisbiseando sin pronunciar palabra.
Khalindira dice 'Te llevare hasta los bosques de ese sitio y luego ire a buscar a la cabra vieja. Dos dias despues nos reuniremos en las afueras de la capital. '
Khalindira enfatiza las palabras clave, como para evitar que Ayein las pronuncie con sus verdaderos nombres.
Ayein susurra 'lo tengo todo en un macuto, puedo irme cuando quieras'
Khalindira dice 'Pues ire a preparar algunas cosas y nos pondremos en camino. Igual acabo necesitando unos pantalones yo tambien'
Ayein se pone tensa y mira hacia el bosque por donde se perfila la silueta de un lobo acercandose.
Khalindira percibe la tension de su amiga y se pone en pie rapidamente, abrazando la Fuente.
Khalindira susurra 'Que sucede?'
Ayein le hace un gesto para que se tranquilice
Khalindira asiente pero no suelta la fuente.
Ayein tambien se pone en pie.
Nevada llega corriendo hasta cerca de donde estan las dos piernas y deja un cuervo desgarrado en el suelo
Khalindira arquea una ceja y asiente aprobadoramente.
Ayein proyecta imagenes de agradecimiento
Nevada se aleja de nuevo con un aullido de advertencia
Ayein interpreta las imagenes que percibe y mira a Khalindira.
Ayein susurra 'estan inquietos, quieren hacer algo '
Khalindira asiente y mientras suelta la Fuente se encamina hacia la casa.
Ayein recoge sus cosas y sigue a Khalindira
Khalindira dice 'Me reunire con vosotros en unos minutos, id fuera de la ciudad y preparaos. No voy a tejer un acceso muy grande para no llamar la atencion. Lleva lo imprescindible y prometeme que esperaras a reunirnos antes de intentar volver a entrar al sueño del lobo'
Ayein no contesta enseguida
Ayein susurra 'no se si puedo prometerlo porque nunca podemos saber donde esta la urgencia. Te prometo que no lo hare si no es imprescindible'
Khalindira asiente resignada mientras ingresan a la casa
Khalindira dice 'Me conformo con eso, pero Luz, si la urgencia te dicta entrar, hazlo con el mayor de los cuidados. No quisiera perderte a ti tambien. '
Ayein se emociona, percibe que los sentimientos van mas alla de las palabras, sonrie con calidez y se dispone a recoger sus pocas pertenencias para encaminarse al bosque y decir adios a manala
Khalindira se quita el vestido y coge algo de la ropa que Ayein ha dejado alli. Luego toma una capa oscura y se cubre con ella. Se suelta el cabello y se lo teje en una discreta trenza.
Khalindira susurra 'Demasiados hilos en juego... no voy a fallaros. Adios, Manala. Espero volver a verte antes de que el Tarmon Gaidon te alcance. '
De Nathiza. Extraído de su diario.
Memorias del Bruma Blanca.
Día 5 del mes de Nesan:
Aprovechando los 5 minutos de descanso otorgados por la detectora Shalon, camino por la cubierta mientras que leo las últimas anotaciones que hice en mi diario, viejo compañero de Travesías. Al mencionar el nombre de mi maestra Shalon me viene a la mente mi primer día en el Bruma Blanca. Hacía minutos que el ‘Estrella de Plata había zarpado de vuelta hacia la isla. Yo me encontraba recorriendo las instalaciones del barco para familiarizarme con él, ya que este sería mi hogar durante mucho, mucho tiempo. Cuando de pronto oí de tras mío un sonoro carraspeo, mientras sentía que unas manos se posaban en mi hombro. Al volverme pude observar que se trataba de una atractiva mujer de aspecto juvenil. Esta mujer era Shalon din Togara, Marea Matinal, detectora del clan Shodein (mi clan).
Rápidamente llevé mis dedos al pecho y a los labios y exclamé: -Saludos, detectora, que la gracia de la luz se derrame sobre vos en este día. – mi nombre es… -Ya se quien eres - me cortó en seco. –ven, subamos al puente de vigía, tu y yo tendremos una charla.
Trepamos ágilmente hasta llegar hasta el puesto de mando, donde la detectora de vientos del Bruma blanca Taval din Chanai Nueve Gaviotas observaba atentamente el cielo. Shalon saludó cortés a la otra detectora, y luego dijo: -esta muchacha es Nathiza din Lladet, la aprendiza que viajaba en el ‘Estrella de Plata. Taval din Chanai asintió mirándome con altivez, entre tanto yo empleaba con ella el mismo saludo.
–La detectora del ‘Estrella de Plata me ha pasado varios informes sobre tí, – dijo Shalon volviéndose hacia mí: -Sé que los vientos te han traído desde Tremalkin. Sé también que tu partida de la isla no fue tan agradable, ni así el castigo que te impusieron, aunque… yo lo hubiera hecho más desagradable aún, si cabe. A continuación dirigió le una mirada cómplice a Taval. Esta asintió y volvió a lo suyo, pero sin dejar de prestar atención un solo momento a nuestra conversación.
-Por otra parte continuó diciendo Shalon, sé que has aceptado el castigo sin protestar, como debe de ser. -Sé también por otro lado la ayuda que le brindaste a la detectora para capear esa fuerte tormenta, entre otras cosas. No obstante no esperes que aquí se te felicite como a una niñita confinada, eres una aprendiza, y es tu deber obedecer. ¿Quedó claro?
-sí, detectora, me apresuré a contestar: -Bien, Ahora quiero que me cuentes qué fue de ti antes de volver a Tremalkyn.
-Bueno, yo… -anda muchacha –apuró Shalon, no tenemos todo el tiempo, comienza de una vez. A continuación me disculpé con ambas mujeres, y procedí a contar mi relato.
Les conté el regalo de cumpleaños que nuestros padres querían hacernos a mi hermana Nadisha y a mí, llevándonos a unos de sus viajes comerciales por el continente antes de que nos presentáramos al Jendai. Les conté como al llegar al puerto de Tanchico nos abordó un contingente extraño para mí en ese momento. Mientras que unas mujeres con vestido azul con relámpagos plateados se llevaban a mi madre colocándole un collar en su cuello, uno de esos hombres mataban a filo de espada a mi padre por defenderla.
Les conté sobre el desamparo que sentimos mi hermana y yo, y el temor de que nos hicieran lo mismo que a mi madre. Y que escondidas en un callejón aguardamos a que un confinado. Sí, un confinado que conocía brevemente a mi padre por hacer trato con él, se solidarizara de unas pobres huérfanas y tratara de ayudarnos refugiándonos en su casa hasta que por fin los vientos nos llevaron a salvo a Ebou Dar.
Allí fuimos acogidas por una posadera amiga de este confinado, la Señora Setalle Anan. Yo me dedicaba por las mañanas a estudiar sobre hierbas con una herborista que conocí en el rahadd… Ambas mujeres fruncieron el ceño desdeñosamente en este punto de mi relato: -mientras buscaba alguna información de mi madre – proseguí: y por las tardes ayudaba en la posada, pero nunca dejaba de sentarme un rato en los muelles a esperar noticias de algún barco nuestro. Hasta que ese día por fin llegó gracias a la luz, y pude volver a casa.
-¿Y tu hermana? – preguntó Shalon: No supe que decir; las palabras se atragantaron en mi boca. –Yo… no sé nada de ella, - logré articular: ella… ella decidió quedarse a buscar a mi madre… no pude hacer nada para detenerla... la detectora de más edad soltó un juramento entre dientes, luego inspiró hondo y dijo: -bueno, ya nos encargaremos de esto. Mientras tanto, ve y busca a algún grumete que esté en servicio para que te enseñe el camarote que ocuparás. Desde ahora, formarás parte de la tripulación del Bruma Blanca, Taval din Chanai y yo misma nos encargaremos de tu aprendizaje. Ahora puedes retirarte, tus clases comenzarán mañana.
-ah, dijo al ver que iba a responder: -Tu castigo será levantado, ahora ingresas limpia en una nueva singladura, pero eso sí. Espero que no se repita lo de Tremalkin, o no solo que serás severamente castigada, sino que me encargaré de que seas expulsada del clan. ¿Entendido? –sí, detectora. Os prometo que no se volverá a repetir. Muchas gracias por la oportunidad que me brindáis, os juro por los doce vientos y los 8 mares que obedeceré a todo lo que vosotras me ordenéis.
-Eso espero…, – dijo Shalon clavando sus negros ojos en los míos. Y quítate esa ridiculez de la cabeza, añadió señalando mis cabellos.
-Yo… no puedo… -dije algo abochornada, fue un accidente en Tanchico. El confinado que nos acogió en su casa trabajaba con tintes, y quiso que nos cambiáramos de ropa y teñirnos los cabellos para pasar desapercibidas. No pude evitar un leve encogimiento de hombros. Ambas mujeres resoplaron con fuerza, y acto seguido Shalon volvió a ordenarme que me retire. Llevé mis dedos al pecho y a los labios en reconocimiento hacia ambas mujeres, y me fui a buscar al grumete de servicio.
Al otro día estuve lista para comenzar mis clases. Fue un día agotador, como todos los que le siguieron. Si apenas me alcanzaba un ratito para charlar con los demás tripulantes. Qué, vale decir que siempre han sido buenos conmigo. En cuanto a mis estudios, pasábamos desde el simple paso de tejer una luz para iluminar una bodega a oscuras, a estudiar sobre la trayectoria de las corrientes marinas, y como doblegar los vientos. Eso era lo que más me divertía aparte de formar cúpulas protectoras contra los distintos elementos.
Ay, ya casi pasaron los 5 minutos, cierro mi diario y voy rápidamente a guardarlo en mi camarote, mejor no llegar tarde a la clase…
Día 5 del mes de Nesan:
Aprovechando los 5 minutos de descanso otorgados por la detectora Shalon, camino por la cubierta mientras que leo las últimas anotaciones que hice en mi diario, viejo compañero de Travesías. Al mencionar el nombre de mi maestra Shalon me viene a la mente mi primer día en el Bruma Blanca. Hacía minutos que el ‘Estrella de Plata había zarpado de vuelta hacia la isla. Yo me encontraba recorriendo las instalaciones del barco para familiarizarme con él, ya que este sería mi hogar durante mucho, mucho tiempo. Cuando de pronto oí de tras mío un sonoro carraspeo, mientras sentía que unas manos se posaban en mi hombro. Al volverme pude observar que se trataba de una atractiva mujer de aspecto juvenil. Esta mujer era Shalon din Togara, Marea Matinal, detectora del clan Shodein (mi clan).
Rápidamente llevé mis dedos al pecho y a los labios y exclamé: -Saludos, detectora, que la gracia de la luz se derrame sobre vos en este día. – mi nombre es… -Ya se quien eres - me cortó en seco. –ven, subamos al puente de vigía, tu y yo tendremos una charla.
Trepamos ágilmente hasta llegar hasta el puesto de mando, donde la detectora de vientos del Bruma blanca Taval din Chanai Nueve Gaviotas observaba atentamente el cielo. Shalon saludó cortés a la otra detectora, y luego dijo: -esta muchacha es Nathiza din Lladet, la aprendiza que viajaba en el ‘Estrella de Plata. Taval din Chanai asintió mirándome con altivez, entre tanto yo empleaba con ella el mismo saludo.
–La detectora del ‘Estrella de Plata me ha pasado varios informes sobre tí, – dijo Shalon volviéndose hacia mí: -Sé que los vientos te han traído desde Tremalkin. Sé también que tu partida de la isla no fue tan agradable, ni así el castigo que te impusieron, aunque… yo lo hubiera hecho más desagradable aún, si cabe. A continuación dirigió le una mirada cómplice a Taval. Esta asintió y volvió a lo suyo, pero sin dejar de prestar atención un solo momento a nuestra conversación.
-Por otra parte continuó diciendo Shalon, sé que has aceptado el castigo sin protestar, como debe de ser. -Sé también por otro lado la ayuda que le brindaste a la detectora para capear esa fuerte tormenta, entre otras cosas. No obstante no esperes que aquí se te felicite como a una niñita confinada, eres una aprendiza, y es tu deber obedecer. ¿Quedó claro?
-sí, detectora, me apresuré a contestar: -Bien, Ahora quiero que me cuentes qué fue de ti antes de volver a Tremalkyn.
-Bueno, yo… -anda muchacha –apuró Shalon, no tenemos todo el tiempo, comienza de una vez. A continuación me disculpé con ambas mujeres, y procedí a contar mi relato.
Les conté el regalo de cumpleaños que nuestros padres querían hacernos a mi hermana Nadisha y a mí, llevándonos a unos de sus viajes comerciales por el continente antes de que nos presentáramos al Jendai. Les conté como al llegar al puerto de Tanchico nos abordó un contingente extraño para mí en ese momento. Mientras que unas mujeres con vestido azul con relámpagos plateados se llevaban a mi madre colocándole un collar en su cuello, uno de esos hombres mataban a filo de espada a mi padre por defenderla.
Les conté sobre el desamparo que sentimos mi hermana y yo, y el temor de que nos hicieran lo mismo que a mi madre. Y que escondidas en un callejón aguardamos a que un confinado. Sí, un confinado que conocía brevemente a mi padre por hacer trato con él, se solidarizara de unas pobres huérfanas y tratara de ayudarnos refugiándonos en su casa hasta que por fin los vientos nos llevaron a salvo a Ebou Dar.
Allí fuimos acogidas por una posadera amiga de este confinado, la Señora Setalle Anan. Yo me dedicaba por las mañanas a estudiar sobre hierbas con una herborista que conocí en el rahadd… Ambas mujeres fruncieron el ceño desdeñosamente en este punto de mi relato: -mientras buscaba alguna información de mi madre – proseguí: y por las tardes ayudaba en la posada, pero nunca dejaba de sentarme un rato en los muelles a esperar noticias de algún barco nuestro. Hasta que ese día por fin llegó gracias a la luz, y pude volver a casa.
-¿Y tu hermana? – preguntó Shalon: No supe que decir; las palabras se atragantaron en mi boca. –Yo… no sé nada de ella, - logré articular: ella… ella decidió quedarse a buscar a mi madre… no pude hacer nada para detenerla... la detectora de más edad soltó un juramento entre dientes, luego inspiró hondo y dijo: -bueno, ya nos encargaremos de esto. Mientras tanto, ve y busca a algún grumete que esté en servicio para que te enseñe el camarote que ocuparás. Desde ahora, formarás parte de la tripulación del Bruma Blanca, Taval din Chanai y yo misma nos encargaremos de tu aprendizaje. Ahora puedes retirarte, tus clases comenzarán mañana.
-ah, dijo al ver que iba a responder: -Tu castigo será levantado, ahora ingresas limpia en una nueva singladura, pero eso sí. Espero que no se repita lo de Tremalkin, o no solo que serás severamente castigada, sino que me encargaré de que seas expulsada del clan. ¿Entendido? –sí, detectora. Os prometo que no se volverá a repetir. Muchas gracias por la oportunidad que me brindáis, os juro por los doce vientos y los 8 mares que obedeceré a todo lo que vosotras me ordenéis.
-Eso espero…, – dijo Shalon clavando sus negros ojos en los míos. Y quítate esa ridiculez de la cabeza, añadió señalando mis cabellos.
-Yo… no puedo… -dije algo abochornada, fue un accidente en Tanchico. El confinado que nos acogió en su casa trabajaba con tintes, y quiso que nos cambiáramos de ropa y teñirnos los cabellos para pasar desapercibidas. No pude evitar un leve encogimiento de hombros. Ambas mujeres resoplaron con fuerza, y acto seguido Shalon volvió a ordenarme que me retire. Llevé mis dedos al pecho y a los labios en reconocimiento hacia ambas mujeres, y me fui a buscar al grumete de servicio.
Al otro día estuve lista para comenzar mis clases. Fue un día agotador, como todos los que le siguieron. Si apenas me alcanzaba un ratito para charlar con los demás tripulantes. Qué, vale decir que siempre han sido buenos conmigo. En cuanto a mis estudios, pasábamos desde el simple paso de tejer una luz para iluminar una bodega a oscuras, a estudiar sobre la trayectoria de las corrientes marinas, y como doblegar los vientos. Eso era lo que más me divertía aparte de formar cúpulas protectoras contra los distintos elementos.
Ay, ya casi pasaron los 5 minutos, cierro mi diario y voy rápidamente a guardarlo en mi camarote, mejor no llegar tarde a la clase…
domingo, 28 de mayo de 2017
De Khalindira e Inmortales. Pescando escorpinas en la Fosa de la Perdición
Tras un breve e incomodo encuentro en la orilla del rio, Khalindira retorna a su casa a ver que es lo que ha movido a Siuan a llegar hasta alli.
Participantes:
Ayein, Siuan Sanche, Khalindira (punto de vista neutro)
Una casa de piedra
Tiene dos plantas comunicadas por una escalera de mano que se podria eliminar
en caso de problemas. Arriba estan las dos habitaciones y abajo el comedor
y la cocina.
Khalindira llega hasta el frente de la casa, en donde la puerta esta abierta. Respira profundamente e irrumpe en el salon principal, en donde Ayein se encuentra sentada en un rincon, zurciendo unos pantalones, aparentemente distraida.
Luego observa a Siuan:
Sus ojos azules refulgen con destellos de firmeza que anuncian una
tormenta. Lleva el chal azul bien colocado en los hombros y un vestido del
mismo color con cuchilladas blancas a los lados. Por su expresión se diría
que viene de pescar escorpinas en la Fosa de la Perdición.
Khalindira cruza rapidamente una mirada con la Hermana Loba y se cerciora de que lo que menos está esta es distraida. Sus dorados ojos emiten un imperceptible parpadeo, al que ella responde con una sutil mueca.
Siuan esta de pie delante de la puerta, mirando a Ayein con el ceño fruncido al ver que la mujer no se inmuta con su presencia y preguntandose si tendra que echarla
Ayein mira de soslayo a Siuan, aturdida por el intenso olor a indignacion y determinacion que emana de la Aes Sedai, recoge sus pantalones y poniendose en pie abandona el salon, no sin dedicarle una sonrisa dulce a Khalindira
Khalindira le devuelve la sonrisa a Ayein, sin importarle la cara de estupor de Siuan. Tan pronto la mujer de Dos Rios sale de la estancia, la sonrisa desaparece de su rostro y mira a la Aes Sedai con abierto desafio.
Siuan dice 'borra esa expresion desafiante, Khalindira, no es la mejor forma de iniciar una conversacion, asi que sientate, o quedate de pie, como prefieras'
Khalindira se cruza de brazos sin moverse un apice de su posicion.
Siuan dice 'te has calmado ya? has desahogado todas tus frustraciones y todo lo que te hierve dentro?'
Khalindira permanece en silencio. Ahora si su rostro es una mascara de inexpresividad. Incluso el brillo de sus ojos se ha borrado. Sabe que Siuan no tolera el silencio.
Siuan aguarda unos minutos, pero comprendiendo la actitud y el posicionamiento de Khalindira, decide tomar otra senda.
Siuan dice 'está, bien, Madre, lo dire de otro modo '
Khalindira sonrie ironicamente y se acerca al fogon y pone una cazuela con agua a calentar, dandole la espalda a la Azul.
Khalindira dice 'Veo que has recordado algunas normas de cortesia entre Aes Sedai de pronto. Es bueno saber que puedes contener esa lengua de vez en cuando. Y no me llames Madre. '
Siuan frunce el ceño, es casi un golpe directo a su amor propio el que Khalindira no utilice el Poder para calentar el agua.
Siuan dice 'ahora que me has recordado por activa y por pasiva que soy mucho menos poderosa que tu, que te parece si tocamos algunos temas interesantes?'
Khalindira se da la vuelta con estudiada parsimonia, hasta mirar de frente a la mujer.
Khalindira dice 'Mas poderosa que tu? Tal vez lo sea hoy en el Saidar. Pero tu fuerza real jamas estuvo en el Poder Unico, Siuan, asi que terminemos el juego y hablemos del por que de tu visita'
Siuan se desprende por fin del chal dejandolo doblado sobre una silla.
Siuan dice 'muy bien'
Khalindira dice 'Te invitaria a tomar asiento, pero se que no te gusta estar sentada. '
Khalindira en cambio, si toma asiento y cruza las piernas con delicadeza.
Siuan asiente y permanece de pie, aunque relaja un poco la postura
Siuan dice 'el dia que viniste a mi despacho diciendome que pretendias dejar la Sede yo debia de estar sumergida entre dos aguas, sin ver claro ni por encima ni por debajo de mi, porque solo la Luz sabe que jamas tendria que haberte secundado '
Khalindira alza las cejas sorprendida, pero no la interrumpe, sino que la insta a proseguir con la mano derecha haciendo circulos.
Siuan dice 'no debes hacerlo, no puedes hacerlo, seria una locura que dejaras la Torre en manos de a saber quien, despues de todo lo ocurrido, despues de meternos de pleno en lo que tu y yo sabemos '
Siuan sacude la cabeza negando con vehemencia
Khalindira levanta la mano en un gesto rapido y autoritario, para cortar el discurso de la otra.
Khalindira dice 'Estas hablando atropelladamente, Siuan y eso no es digno de ti. Y deja de boquear, que pareces una... trucha era?'
Siuan se traga el raudal de palabras que estaba dispuesta a seguir vertiendo
Siuan dice 'hablo asi porque te conozco, porque se que si me descuido no podre siquiera argumentar, entraras en erupcion como un volcan y no habra forma de encauzar la conversacion'
Khalindira se pone en pie y con tranquilidad retira el agua del fogon, para luego comenzar a preparar te. Unos minutos que sabe que a la otra se le volveran eternos. Y tiempo para ordenar su mente.
Khalindira dice 'La Torre no quedaba en manos de ve tu a saber quien. La estaba dejando en tus manos, Siuan Sanche. '
Siuan sigue de pie, inmovil, impasible.
Siuan dice 'mis manos no serian las de una Amyrlin, jamas volvere a ser Amyrlin, y en menos de lo que un pescador tarda en desescamar una sardina, la Antecamara elegiria a alguna de esas mujeres insufribles'
Khalindira asiente de espaldas.
Khalindira dice 'Tu puedes guiar a la Antecamara a una decision mas... acorde, con las necesidades de la Torre. Y Silviana es mas que capaz de ayudarte a meter sensatez en la cabeza de esas mujeres. '
Siuan vuelve a negar con rotundidad.
Siuan dice 'no, Khalindira, no te equivoques '
Siuan dice 'hace apenas unas semanas que estas ausente y el rio vuelve a estar revuelto, Silviana apenas puede con todos los conflictos que se generan y a mi no me conviene hacerme notar demasiado, y lo sabes tan bien como yo'
Khalindira voltea con la taza de te entre sus manos, mira fijamente a Siuan y bebe un sorbo. Esa mujer sabe como buscar una reaccion, pero no le va a dar el gusto.
Khalindira dice 'Lo comprendo perfectamente, llevo bastante tiempo lidiando con ello. Pero tengo otras prioridades, y bien sabes que no son egoistas, ni caprichosas. Probablemente de mi exito en esa empresa dependa el futuro de la Torre Blanca. '
Siuan dice 'prioridades? por favor, conozco tus prioridades, se que persigues, pero el futuro de la Torre Blanca depende no solo de ello sino de que tu presencia se haga patente y firme alli, en sus mismos pasillos, en la Antecamara, entre las novicias y aceptadas'
Khalindira niega con la cabeza obstinadamente.
Khalindira dice 'La Torre esta podrida por dentro, y nadie mejor que tu lo sabe. Lo viviste en carne propia, Siuan, por amor a la Luz!! Si no encontramos quienes son las que en las sombras estan destruyendo nuestras propias raices...'
Siuan dice 'tripas de pescado! dejate de sombras y raices! no somos un maldito arbol!'
Khalindira arroja la taza con violencia al suelo y avanza unos pasos hacia la mujer, destruida su mascara de impasibilidad en mil pedazos.
Siuan no se mueve, afronta la mirada y la rabia de Khalindira sin inmutarse
Khalindira grita 'Y tu no eres quien para decirme que debo o no debo hacer. No estas en mi lugar, ni siquiera tienes idea de lo que se mueve detras. Espias y sabes todo, pero no sabes siquiera quien te derroco y por que. No te creas tan superior, porque no lo eres. Tu fracasaste en tu batalla, dejame a mi elegir las MIAS!'
Siuan susurra 'no te consiento que me digas que fracase, me despojaron de mi misma esencia, me quitaron la vida en vida, no tuve ocasion de luchar desde dentro, pero segui fuera, segui y luche hasta donde tu ni siquiera puedes llegar a imaginar, y luego, mermada y teniendo que achicarme ante todas como quien achica agua de un bote con una cuchara, volvi para seguir luchando, desde ese mismo corazon podrido'
Khalindira se frena en seco y se lleva la mano a la cabeza, dejandose caer luego sobre la silla, echando la cabeza hacia abajo, casi entre sus piernas y, sin soltar el agarre de ambas manos, la mece hacia un lado y otro.
Khalindira susurra 'Siuan, perdoname... no... no mereces esas palabras. Siempre te admire, cuando eras Amyrlin y mas aun admiro tu coraje hoy. Perdoname, por la Luz, perdoname'
Siuan se acerca a Khalindira, con precaucion, como si se acercase a una escorpina
Las lagrimas ruedan por la mejilla de Khalindira.
Siuan se arrodilla frente a la mujer que parece ahora totalmente vencida
Khalindira alza la mirada vidriosa y tropieza con los ojos de la Aes Sedai.
Siuan dice 'Khalindira, no creo ser la mas adecuada para esto, pero si hay algo que pueda hacer... te estas perdiendo en aguas por las que no se bogar, no se que te aflige... algo con tu gaidin? algo personal que te angustia?'
Khalindira tuerce el gesto al escuchar la mencion de su Guardian, al cual siente muy lejos, al noreste.
Khalindira dice 'Tengo que encontrar a quien te derroco, a quien asesino a tus sucesoras, a quien neutralizo o desaparecio a otras. Tengo que salvar tu vida, y la de Silviana y la de las Aes Sedai que aun lo son, la de Sartek. Tengo que llevar justicia y extirpar ese mal de raiz. Si no lo hago, la Torre seguira debilitandose y ese muchacho necio seguira ignorandonos. No podemos marchar al Tarmon Gaidon separados. Necesitamos coordinarnos, y nadie nos respetara mientras la inestabilidad y las intrigas sigan dominando la Torre. '
Siuan se levanta sin tocar a Khalindira por no incomodarla, no se le dan bien estas situaciones tan emotivas.
Siuan dice 'estas expresando exactamente, palabra por palabra, lo que una Amyrlin debe hacer'
Khalindira sonrie sin alegria.
Khalindira dice 'Una Amyrlin no puede ir investigando con sigilo una red de amigas siniestras... Alli donde voy comienzan los gritos, las reverencias y por supuesto, hay miles de ojos espiando mis acciones. Y no es algo que pueda delegar, solo confio en Silviana, en Sartek y en ti. '
Siuan dice 'acaso crees que no te van a vigilar si te quedas fuera? no puedes ser tan ingenua, Khalindira '
Khalindira dice 'No lo soy, Siuan. Pero tengo otra libertad para moverme. Puedo irme o volver sin dar explicaciones, algo que como Amyrlin no puedo. No puedo siquiera salir de la Torre sin informar a la maldita Antecamara!'
Khalindira dice las ultimas palabras con abierta acritud.
Siuan dice 'discutir contigo es peor que ir a pescar a la Fosa de la Perdicion!'
Siuan susurra 'no vas a estar sola, lo sabes, tu pones todos los recursos, toda tu inteligencia, todo lo que sabes y aquellos en quienes confias ejecutamos lo que haga falta '
Khalindira mira fijo a la mujer y una leve mueca suaviza su expresion.
Khalindira dice 'Discutir contigo es aun peor que hacerlo con Romanda y Lelaine juntas. '
Siuan hace un gesto desdeñoso con la mano.
Khalindira dice 'Tengo otro problema, Siuan. Y aqui si que no se a quien pedir ayuda. Silviana jamas lo entenderia, e incluso si se lo contara, creo que me doblaria sobre sus piernas y me nalguearia como a una novicia. '
Siuan dice 'se trata de Sartek?'
Siuan se acerca a la cazuela, se sirve agua en un vaso, la calienta con el poder y se prepara un te.
Khalindira mira con reproche a Siuan.
Khalindira dice 'Si, Siuan, se trata de esa condenada cabra montesa!'
Siuan sonrie de medio lado, intentando disimular la hilaridad que le produce el jocoso apelativo
Siuan dice 'que te ha hecho ese hombre? enamorarte?'
Khalindira niega con la cabeza, pero no con demasiado convencimiento.
Khalindira dice 'No se trata de eso. Se trata de que no debi vincular, ni a el ni a nadie. Es un fastidio tener a alguien metido en tu mente. Imaginate cuanto empeora si el hombre en cuestion es un maldito taveren'
Siuan susurra 'algo asi como.. estoy enamorada pero soslayare los tres juramentos como solo yo se hacerlo para negarlo ante cualquiera que se atreva a mencionarmelo?'
Khalindira levanta una ceja y su rostro se vuelve mas frio de pronto.
Khalindira dice 'Te mandaria a por un castigo si estuvieramos en la Torre Blanca en este momento. Eres impertinente e insufrible. Pero siempre ves mas alla, y... maldita seas, Siuan, no puedo controlar el vinculo. '
Khalindira golpea la mesa con los nudillos suavemente tres veces, una por cada silaba de la ultima palabra.
Siuan dice 'que significa para ti controlar el vinculo?'
Khalindira dice 'Pues... tu sabes, siempre pense que acabaria siendo Roja, y por tanto, jamas asisti a las clases sobre vinculo. Servira me hubiera puesto a cocer en un caldero si lo hubiera hecho. Silviana no quiere siquiera hablar del tema, y si lo hace, lo hace con un rictus aun mas duro del que de por si tiene. El vinculo interfiere en mis acciones y mas aun cuando el vinculado es un Taveren que me lleva a decir cosas que no quiero decir '
Siuan asiente, reflexiva
Siuan dice 'en eso si creo poder ayudarte, Khalindira, aunque tambien podrias pedirle consejo a Adelorna '
Khalindira dice 'Adelorna esta en la Fortaleza del Paso de Nyam. Tienes que ayudarme con esto tu, por mas doloroso que te resulte. '
Siuan resopla mientras asiente.
Siuan dice 'lo hare, pero creo que no es el tema que nos ocupa, no voy a dejar que te escabullas'
Khalindira respira sonoramente por la nariz.
Khalindira dice 'Nunca pense en hacerlo, a ti nunca se te pierde una oveja en medio de un temporal. '
Siuan dice 'jamas se me ocurriria guiar ovejas, si estoy aqui y ahora metida en aguas turbulentas es porque no tienes nada de oveja, asi que mete algo de sensatez en esa cabeza, no quieras lidiar un duelo conmigo, y reflexiona en la verdad de cuanto te estoy diciendo '
Siuan susurra 'y de paso permiteme que te diga que tener a un gaidin como esa cabra montes que mencionas es un privilegio del que hoy en dia ninguna hermana deberia carecer'
Khalindira permanece en silencio y pensativa unos minutos. A cada momento que pasa, su expresion va tornandose mas y mas resuelta. Finalmente, se pone en pie y alza la cabeza, toda ella de pronto una estampa de autoridad
Siuan da un paso atras, pero no arredrada, sino como quien contempla un tapiz digno de contemplarse
Khalindira dice 'Muy bien, hija. Entiendo tu punto y acepto tus argumentos. Pero, solo si la Antecamara no ha sido notificada de mi decision, sino no dare marcha atras para alimentar aun mas los rumores.'
Siuan dice 'nunca informe a la Antecamara, Madre '
Khalindira asiente y comienza a caminar con las manos enlazadas a su espalda que esta mas recta que nunca.
Khalindira dice 'Entonces sea. Pero has de procurarme tiempo. Necesito estar fuera de la Torre una semana. Y cuando llegue el momento, necesitare de tu ayuda, porque vamos a ir hasta el jodido hormiguero de esas Negras y le daremos una patada que las hara saltar por los aires. '
Khalindira habla con decision y firmeza.
Siuan va asintiendo ante la corriente de palabras, quizas ella no se da cuenta pero poco a poco va adoptando el papel del que nunca debiera haberse alejado
Khalindira se detiene frente a la Azul y mirandola fijamente a los ojos prosigue.
Khalindira dice 'Coordinate con Silviana, yo hablare con ella en el Tel'arand'rhiot. Mueve a tus informantes y sobre todo estate atenta a la informacion que venga del Norte. Y por la Luz, ocupate personalmente del asunto al'Thor. Silviana no puede con ello, va contra sus raices y no podemos pedirle mas de lo que ya hace. '
Siuan dice 'asi lo hare'
Khalindira dice 'Bien, volvere a la Torre en diez dias. Hasta entonces, debereis cubrir mis espaldas y manteneros con la guardia mas alta que nunca. Pondre en juego todo, incluso mi vida y la de mi Gaidin en esto, pero si el resultado es satisfactorio, cambiaremos de papeles, y finalmente seremos nosotras las cazadoras. '
Siuan dice 'y si no?'
Khalindira se encoge de hombros y sosteniendo la mirada de la otrora Amyrlin, sentencia 'La Rueda tejera segun sus designios, Siuan. Y si regreso al Entramado, tu y Silviana debereis velar por la Torre. Es mas de lo que tenias al llegar aqui, y no voy a ceder en ello. '
Siuan susurra 'entonces que la Luz os proteja, Madre'
Khalindira dice 'Abrire un acceso para ti ahora. '
Khalindira abraza la Fuente y teje los hilos hasta que una linea plateada se forma en el aire, girando sobre si y abriendo un Acceso hacia Tar Valon.
Siuan se encamina hacia el acceso intentando disimular la sonrisa de alivio que se refleja en su rostro
Khalindira dice 'Siuan... '
Siuan se detiene en seco y mira a Khalindira.
Khalindira susurra 'gracias!'
Khalindira mira con gratitud a la otra y luego le hace un gesto para que prosiga.
Siuan ahora si sonrie abiertamente, recoge su chal y cruza el acceso
sábado, 27 de mayo de 2017
De Khalindira. Los sentimientos debajo de la máscara.
Estaba
sentada mirando el río. Estaba sola. No había guardias, no había cortejo, no había
reverencias.
Observaba
el río discurrir en torno a una dura piedra rojiza. Por mas esfuerzo que las
corrientes hicieran, la piedra no se movía de allí. Se mantenía en su sitio,
pequeña pero desafiante. Igual que ella.
La hierba estaba
pálida. El cielo, como casi todos los días, de un gris plomizo que agobiaba.
Poso sus verdes ojos en las nubes que se movían, en busca del resplandor del
sol, pero no pudo encontrarlo.
-
Se
que estas ahí, aunque la mano del Oscuro se empeñe en querer hacerme creer lo
contrario.
Una alegoría
de sus propios sentimientos.
Los días
que sucedieron al funeral de Cordelia, habían sido duros, intensos, confusos…
Había
descubierto una pista muy firme sobre una célula del Ajah Negro que podría
llevarla directamente a la captura de los asesinos de Jhamira. Y probablemente
de otras de sus predecesoras.
Esto era
algo demasiado importante, pero llegaba en un momento de extrema confusión. La
muerte de Cordelia, su profecía final, los sentimientos hacia Sartek que habían
quedado expuestos, las presiones de la Antecámara, los ataques de la Sombra en
las Naciones Fronterizas, los acuerdos diplomáticos con los Atha’an Miere, el Dragón
Renacido que se movía por el mundo negando, o mejor dicho, evitando, cualquier
contacto con la Torre Blanca, el regreso a Manala tras tantos años…
Resoplo con
fastidio.
No podía
cometer errores. Debía capturar a las responsables de las muertes o
neutralizaciones de las mujeres que ocuparon la Sede Amyrlin antes que ella. Y debía
poner todo en ello. Sabia que no era fácil, sabia que estaban espiándola.
Incluso ahora mismo, podía haber alguien (y de seguro lo habría) observándola.
Se arrebujo
en su capa, porque de pronto sintió frío. Pero no frío del ambiente, sino uno
que venia desde sus propios huesos.
Miro
alrededor y a lo lejos contemplo que la enorme loba que acompañaba siempre a
Ayein, dominaba toda la extensión de la llanura Manaleña desde un saliente
rocoso, donde estaba echada, simulando dormir.
-
Al
menos también me vigilan para protegerme.- se dijo a si misma, sonriendo
quedamente.
Ayein había
resultado una de las compañías mas gratificantes que había compartido en sus últimos
años. La mujer era callada y reflexiva, inteligente y observadora. podría
decirse que en muchas cosas se parecía a Silviana, su Guardiana de las Crónicas.
Pero, a diferencia de la Roja, Ayein era calida, humana y maternal. Tres
palabras que nadie se atrevería a mencionar como atributos de Silviana.
-
Silviana…
en cuanto se entere lo que he hablado con Siuan va a venir a buscarme con una
vara, y me va a arrastrar por los pelos hasta mi despacho, me zurrara, me
aleccionara, me pondrá cara de pocas pulgas, para finalmente ajustarse la
estola a los hombros, decirme “con vuestro permiso, Madre” y regalarme la mas
perfecta reverencia.
Nuevamente
se encontró sonriendo, aunque esta vez con una punzada de tristeza y melancolía
en lo profundo de su alma. No podía seguir allí. Debía irse y dejar los asuntos
políticos de la Torre en otras manos. Tenia un servicio que prestar a Tar Valon
y al mundo mucho mas importante que su propia vanidad. Ser Sierva de Todos
implicaba renunciamientos. Implicaba sacrificios. Y ella estaba dispuesta a
todo por lograr salvar a la mayor cantidad posible de inocentes.
Sintió a
Sartek. Aparentemente, no había enmascarado sus sentimientos cuando pensaba en
Silviana y el hombre ahora estaba preocupado.
-
Déjame
en paz!! – pensó y procedió a enmascarar el vinculo, solo para recibir una
oleada de indignación que debía ser muy intensa, considerando la distancia a la
que se encontraban – Bah, si tanto te importa lo que me pasa, deberías estar
aquí conmigo y no jugando al Gran Capitán de Fal Dara, estúpido orgulloso
cabeza de carnero.
Cogió una
piedra y la arrojo con fuerza contra la que había estado observando antes.
-
Enamorarte?
Eres una idiota. La Sede Amyrlin se enamora de su Guardián, un
hombre cuya vida esta atada y signada a la Torre Blanca y la tragedia, que perdió
a su Sedai (nada menos que una de las mas grandes Amyrlin de la historia) y que
se resiste a vivir, por tanto ella le vincula para salvarle… Vaya épica romántica!
Podrías encajar en todos los estereotipos de creación de historias fantásticas
del mas corriente de los juglares
Se puso en
pie con rapidez, furiosa consigo misma por los aguijonazos mentales a los que
se estaba sometiendo desde que… bueno, desde el condenado beso.
Camino con decisión
hacia el río, sin levantarse las faldas de su vestido y cuando estuvo a tiro,
le propino un puntapié a la piedra roja. Pero la piedra no cedió y en cambio,
se hizo fuerte daño en el pie.
Grito.
Grito con toda sus fuerzas. Con furia descontrolada. Abrazo la Fuente y se
dispuso a hacer añicos aquel guijarro desafiante.
Bajo la
vista para mirarla… y entonces, el agua le devolvió su reflejo. Y en medio de
su frente, en esa imagen, la piedra roja seguía allí.
Soltó la
fuente y se dejo caer de rodillas sin reparar ya en el dolor del pie o en el
que sintieron sus rodillas al clavarse contra el duro lecho.
Las
lagrimas rodaron por su mejilla.
-
Ahora
lloras, “madre” – le pregunto esa voz de su consciencia que siempre la
pinchaba.
-
Vete
al cuerno, maldita seas. Tu y esa jodida piedra del infierno. SI!! LLORO!!
Estoy sola, voy a llorar todo lo que tenga ganas, durante el tiempo que tenga
ganas. Y déjame de mascaras. No puedo seguir llevando mascaras conmigo misma.
Al terminar
la frase oyó una voz detrás de ella que le hizo dar un respingo tan
pronunciado, que prácticamente salto por encima del agua.
-
Vaya,
gracias a la Luz que eres una mujer. Si fueras un hombre y te encontrara en
este estado, pensaría que la Macula del Saidin ha acabado con tu cordura.
Giro sobre
si misma, desconcertada, mojada, con las mejillas llenas de churretes y los
ojos centellantes de ira. Y se topo con unos ojos azules intensos y
centellantes de la misma ira.
-
Y
ya déjate de saltar como si fueras una trucha remontando el río y sal del agua
que tenemos que hablar. Te espero en la casa, así te doy tiempo a recuperar
algo de dignidad y aplomo.
La mujer
giro sobre sus talones y se fue. Sin mas. Sin dejarla responder, sin
reverencias.
Miro su
espalda, ceñuda. Casi no tenia fuerza en el poder ahora, y sin embargo su
lengua y su mente seguían siendo de las mas poderosas que jamás había conocido.
Se
arremango el vestido y salio del agua en dirección a la cabaña. En el camino se
limpio y seco con el poder. Recompuso su cabello y adopto nuevamente la expresión
glacial.
-
Veremos
Siuan Sanche, si conservas el aplomo cuando me ocupe de ti.
viernes, 26 de mayo de 2017
De Shaeira. Diario de Shaeira.
Shaeira despierta por los constantes movimientos entre
sueños de su esposo. Lo acaricia por ver de calmarlo, pero luego ella no puede
volver a conciliar el sueño. Le preocupa su estado, si bien las que entienden
de curaciones y remedios aseguran que se pondrá bien. Se levanta con cuidado de
no molestarlo. Prende las velas de los candelabros, y una luz suave se abre
paso en la oscuridad del camarote. De nuevo retoma su diario y lee otro
fragmento.
18 de Nesan de 972 NE
Quisiera meterme en la gruta más profunda del arrecife más
lejano y no salir jamás. Tanto esperar los doce, los trece, los catorce… y
ahora a los quince ya es muy seguro que no puedo encauzar. Tanta esperanza, “aguarda,
niña, no seas impaciente, a algunas mujeres el don se les desarrolla más tarde
que a otras” me decía Relvana. Y esperar es lo único que he hecho durante estos
años. ¿Para qué? Para nada. Me siento engañada, defraudada, me siento vacía. Es
como si me hubieran arrancado algo que fue mío sin serlo.
Y como siempre, la solución para apaciguar mi desaliento,
para apagar mi desolación, la solución que mi madre siempre aplica es el
trabajo duro, o los castigos por ponerme mohína, según su parecer. Tengo las
manos en carne viva, el estómago revuelto por tanto comer lo mismo uno y otro
día. Pronto pareceré un muchacho si
continúan enviándome a lo alto del mástil una y otra vez, venga a trepar por la
escala como un mono de Cindaking. Acarrear barriles de agua, coser, fregar,
abrillantar, trenzar cabos para hacer sogas más gruesas, limpiar el maldito
pescado.
Si algo bueno puedo sacar de todo esto es que mi fortaleza
ya no tiene nada que envidiarle a la de las más fuertes. Si algo me consuela es
que las horas con la Navegante también han aumentado. Hace semanas me permitió
trazar la deriva desde Tremalking hasta uno de los islotes de las Somera y
apenas erré por poco más de un grado. Y hace unos días, sin ir más lejos, permanecí
junto a ella en el puente mientras navegábamos por los traicioneros Dedos del
Dragón. Incluso me preguntaba qué maniobra realizaría yo. Fue realmente
emocionante, y más emocionante fue cuando me dijo que sería una buena navegante
porque ella jamás otorga un elogio inmerecido.
Ahora es de noche. Esta tarde por primera vez en semanas he
podido lanzar un bote al agua y alejarme un poco del Leyenda. Estamos fondeados
cerca de las Ayle Dashar, por algún asunto de las Doce. Hay sendos barcos
formando un arco con la isla principal en el centro. Es una visión hermosa. Bueno,
pues como decía, remando a sotavento me he acercado al Azotador de Olas.
Ansiaba que ocurriera lo que finalmente ha pasado. Mi querido Jehrmien debía de
presentir que haría algo así, y se ha deslizado por la escala de babor hasta
saltar al bote. Luz, es tan atractivo. Hace tiempo que no perdemos la ocasión
de vernos. Es difícil porque él viaja tanto o más que nosotros, y su padre se
lo lleva siempre.
Lo que siento cada vez que lo veo es indescriptible. Algo
parecido dicen las aprendizas de las Detectoras cuando tocan la Fuente. No tengo modo de saberlo. Pero me llena, colma
todos mis sentidos, es como una brisa, como un vendaval. Enseguida se ha dado
cuenta de mi estado anímico, y entre sus brazos tan poderosos ya, he recobrado
la calma. Debo aceptar las cosas como vienen. Ya no soy una niña.
Los murmullos de Jehrmien interrumpen la lectura.
—Por los Ocho mares… ¿Por qué este hombre está hablando tan
a menudo en lengua antigua? —susurra, hondamente confundida —.
De Dannahieri. Resoluciones.
13 de Nesan, 998 NE
Que cosas, querido diario, que cosas… Ni imaginas
desde donde estoy escribiendo… Bueno, ni yo lo asimilo todavía, pero ahora
comprendo lo que mi madre siempre decía,
eso de que la litera no era buena
consejera, y que si había fuerzas, voluntad y o firmeza, había que salir de
ella e izar las velas de la propia vida, para que los vientos que en esta
soplaran fueran propicios, y te guiaran a una buena singladura y tuvieras mares
en calma y puertos seguros. Así resultó ser con Andaia y con Bereia, así con
Ramelia, así con mi madre, antes de su desapa… de su muerte.
Sí, me has oído bien, su muerte. La señora de los
Barcos dice que es muy probable que ya esté muerta, y que más me vale aceptar
la realidad…, algo así dijo, la cabeza no me dejaba pensar y… estoy toda enredada,
y supongo que no entiendes nada. Empecemos otra vez:
Me levanté por la mañana dispuesta a despedir a mi
padre, a verlo embarcar por primera vez sin mí. El día comenzó con sentimientos
encontrados: por un lado estaba feliz de la suerte de mi padre, que al fin
embarcaría y tendría algo más en que pensar, y no solo se quedaría con el
recuerdo de mi madre, viviendo cual amallar en la isla. No, como amallar no,
viviendo como confinado, porque los amallares al menos aman el mar y el agua,
pero de una forma extraña. Por otro lado estaba, y aún me encuentro solo un
poco triste; me quedo sola por primera vez en toda mi vida, sola sin mis
padres, quiero decir. Y eso de que Ramelia vaya con papá… ¡no es justo que ella
pueda cuidar de él y no yo! Yo soy su favorita, por mí daría la vida… y por eso
sé que es lo mejor que embarque sin mí esta vez, aunque sea triste. La Señora
de los Barcos ha dicho que tal vez me permita despedirme de él, y así sabré
como le sienta una nueva singladura.
En el camino nos cruzamos con la Señora de los Barcos
en persona… la misma, con sus pendientes
y medallones, ¡Qué maravilla eso de llevar tantos! Eso de tener tanta
responsabilidad y tanto poder, eso de ser tan firme para poder cargar con todo
eso, de ser útil a todo nuestro pueblo... Sentí mucha admiración al verla. Intenté
acercarme a ella, ¿Cuándo volvería a cruzarla en mi camino? No durante mucho,
mucho tiempo. Sin embargo el entramado tenía otros planes para mí: no sé por
qué, me mareé y me afiebré, igual que la noche anterior. Son males tan
pasajeros, vienen y van como las olas; pero estos son tan dañinos como las
mareas.
Como yo no tenía idea de que volvería a enfermar (estaba
segura de que me había insolado recolectando huevos de guacamayo), me levanté a
ver a mi padre embarcar: desperté bien, nada me dejaría en la litera… en la
cama del refugio, durmiendo hasta tarde como confinada. Acá madre me
reprendería, diría que no tengo idea de qué haría una confinada a esta hora;
pero supongo que una que estuviera enferma se quedaría en la lite… en la cama,
¿por qué las cosas cambian de nombre fuera del barco?
El caso es que, ya en el puerto, justo ante el
Jendai, me quedé tirada como pichón de gaviota que no aprendió a volar a los
pies de la Señora de los barcos en persona, y ella me levantó del suelo, ¡y me
hizo embarcar en el Jendai!
¿Cómo podría estar triste con algo así? Lo intento,
estaré lejos de mi padre… Aunque él estará bien, y yo me quedaré acá en el
Jendai, en mi primer singladura. Este es un barco enorme, y no puedo esperar a
que me dejen salir de la litera para poder explorarlo. Me han dicho que debo
quedarme acá un tiempo, porque si bien los dolores y la fiebre pasaron no bien
hablaba con la Señora de los Barcos, esta era tal que me dejó tirada a sus pies…
Es frustrante estar enferma; pero nadie ha dicho que no podía escribir, y
espero que, al verme haciéndolo, se den cuenta de que estoy bien y me dejen
explorar de babor a estribor, por toda su eslora.
Me pregunto si la Detectora del Jendai sabe curar,
porque una grumete que comparte camarote conmigo me ha dicho que tal vez
enviarían a la Detectora para que me examine, pero cuando le he preguntado por
qué lo harían, se ha reído misteriosamente y me ha dicho que yo debería
saberlo, si es cierto que soy una din Jareb; que esa enfermedad es común en
ellas; luego se ha ido y me ha dejado pensativa. ¿es que acaso nosotras tenemos
alguna especie de enfermedad hereditaria? A veces me habría gustado que madre
me enseñara más sobre nuestra familia, más sobre los barcos, más sobre el
poder. Pero cada vez que le pedía que me enseñe, me respondía que tendría tiempo
de aprender todas esas cosas en singladura; que tuvo una amiga a la que quiso
mucho, a quién sus padres le enseñaron de todo desde muy pequeña, la que se
llevó una decepción tal por no poder encauzar; y que ella había repetido ese
mismo error con Andaia y Bereia, y que la luz había querido que lo que ellas
deseaban fuera a la inversa, y que Bereia encauzara en lugar de Andaia. Culpa
de las gemelas y de anda a saber qué amiga, querido diario, ahora resulta que
debo ser objeto de burla de grumetes desconocidas, y no saber absolutamente de
nada…
Madre me volvería a reprender ahora, seguro me
castigaría por no estar agradecida de lo que el entramado a tejido para mí.
Diría que antes de mi primer singladura sería la joven más disciplinada que ha
pisado algún barco atha’an miere; y que mi constancia y mi curiosidad me
llevarían lejos, si y solo si dejaba que el entramado tejiera a su antojo el
hilo de mi vida, sin que yo lo frustrara.
Mamá… si supieras cuanto la extraño, querido diario, si
supieras cuánto extraño que me castigue y luego de terminado el castigo se bañe
conmigo para hablar de lo que he aprendido en el mismo; sus enseñanzas, duras
pero claras, su amor, su firmeza, su entereza al rolar los vientos en las más
duras rachas en las tormentas más furiosas… la unidad que sentían todas sus aprendizas,
no solo mis hermanas; mi madre era formidable, formidable como hay pocas, y yo
seré como ella. Trabajaré duro de ahora en adelante, para que, si estuviera
viva, se sintiera orgullosa de mí, así como de Andaia y Bereia, que son grandes
y fuertes en el Abismo de Sal, la Centella que juntas gobiernan.
Creo que ha llegado el momento de dejar de llorar por
lo injusto que es todo, mi furia porque las cosas no son como quiero debería
ser empeño para que lo sean y no lágrimas, diría madre, y creo que tiene razón.
A partir de ahora, cuando deba decidir, tendré en cuenta sus consejos, creo que
es la mejor forma de honrar su memoria; y, si la luz quiere, tal vez pueda
encauzar y, si es así, lo aprenderé todo, desde como despejar el cielo y hacer
que nieve, hasta invocar rayos, aprenderé a curar, ¡a todo lo que esté en mis
manos! Para que esos malditos seanchan no se lleven a nadie más en mi
presencia. Esa será mi venganza si puedo encauzar y, de no poder hacerlo, me rodearé
de las detectoras más preparadas que haya tenido la isla para poder hacer todo
esto que he dicho. Ya verán esos seanchan con quién se han metido al provocar
la muerte de mi maravillosa madre. Me duele un poquito la cabeza otra vez, tal
vez no era tan mala idea que me quede aquí acostada. La luz quiera que todo
esto pase de una vez, así puedo disfrutar mi singladura. Hasta otra, querido
diario.
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