domingo, 19 de junio de 2016

De Inmortales. Reflexiones.





Siuan Sanche continúa sentada mientras Khalindira Sedai abandona su despacho. Khalindira Sedai, ya por poco tiempo Madre. En cierto modo no le sorprende lo que acaba de suceder. Esperaba la renuncia de la joven Amyrlin y esperaba asimismo su petición de ocupar uno de los bancos de Asentada por el Ajah azul, Ajah en el que Khalindira ha expresado deseo de pertenecer en cuanto la estola vista otros hombros. Ella, Siuan, como cabeza de dicho Ajah se siente íntimamente orgullosa de poder contar con tan formidable mujer en sus filas, y no solo eso, sino que propondrá a Xunynn Sedai, de su mismo Ajah, para la Sede.

Siuan cierra los ojos y rememora todo lo sucedido estos últimos meses. De la mano de Khalindira, la Torre Blanca ha caminado firme. La diestra Amirlin, y fuerte por demás en el Poder, que ascendió desde el Ajah Gris y que puso en orden los asuntos internos, que reanudó investigaciones, que consiguió firmar un acuerdo de paz con los Atha’an Miere y que con su buen hacer mantuvo a las Hermanas más o menos tranquilas en la medida que ello es posible, decide prestar servicio fuera de la Torre sin dejar de estar vinculada a la misma, y bien sabe el Creador que mujeres como ella harán falta en la Antecámara para dirimir los asuntos que se abaten sobre el día a día de las Aes Sedai, del mundo entero.

Siuan abre los ojos y lanza un ruidoso suspiro. Está sola y puede permitírselo. Contempla uno de los cuadros con un grabado de su Tear natal, murmura algo sobre escorpinas y cebos y, resuelta, se pone en pie y agita la campanilla para llamar a la Hermana que la asiste. Es hora de reunirse con Xunynn Sedai.



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