Sientes
perfectamente el aroma de la madera al quemarse mientras la lluvia golpea tu
cara con fuerza.
Escuchas el
grito del contramaestre <AL ABORDAJE>.
Tomas la cuerda
del Mástil Mayor y te lanzas al navío enemigo, al caer sientes la presión del
ambiente, la adrenalina, aprietas tus lanzas entre tus manos y diriges una de ellas a un Seanchan que recibe
el impacto de lleno cayendo instantáneamente en cubierta mientras giras tu
segunda lanza y la ubicas en la posición de combate más cómoda para tus
habilidades.
Arremetes con
fuerza insertando la lanza en un segundo oponente, la estacas justo en su
abdomen, la giras intentando perforar más allá de su armadura y lo logras al
momento que quiebras la lanza para que no pueda sacarla de su cuerpo.
Sacas la espada
de tu cintura y recibes un empujón en el pecho de tu padre mientras grita tu
nombre, la flecha que iba dirigida a ti se aloja en el lado izquierdo del pecho
de él y cae de rodillas desvaneciéndose lentamente.
Te enfureces y
corres en dirección hacia tu próximo enemigo, no hay tiempo para lamentarse,
cortas su pierna derecha, giras y lanzas otro corte al espacio que existe entre
el casco y la armadura corporal, justo en el cuello.
Sacas tu
segunda espada y corres en dirección hacia el siguiente mientras de reojo
logras ver como el “Ala del Mar” es reclamada por el océano.
Sigues
corriendo e impactas de un golpe con tu hombro a tu enemigo que cae en cubierta
al momento que ensartas tu espada en el medio de su pecho.
Te levantas y
miras los cielos mientras estos rugen con furia, te golpean con la parte
trasera de una espada en la cara y caes al suelo, giras evitando los cortes que
te lanzan, logras evadirlo y ponerte en pie, sujetas el brazo de tu enemigo y
lo tuerces mientras sientes crujir el hueso, golpe directo a su cara con el
codo, te giras y de espalda ensartas la espada en su cuello en dirección hacia
arriba.
Miras de reojo,
ves unas borlas rojas que tintinean en tu dirección, intentas esquivarlas pero
acierta directamente en tu pierna dejándote inmóvil.
Rápidamente te
quitas la pica de la pierna izquierda y golpeas con esta misma a tu oponente; se
está levantando, tomas su cabeza y la giras, te sientes embravecido por la
batalla, la muerte de tu padre comienza a hacer efecto y te llenas de ira.
Una flecha sin
haberla previsto se aloja en tu pierna derecha y te clava a la cubierta a la
vez que sientes como las fuerzas merman de la herida.
Quiebras la
flecha y te levantas, pero te golpean con una patada en el pecho y te lanzan al
suelo, te reincorporas y te desarman la espada de la mano izquierda,
rápidamente sacas la daga de tu fajín y bloqueas un ataque que te roza y te
deja un ligero corte en la mejilla.
Saltas y haces
un giro en el centro de tu cuerpo esquivando un golpe de abanico del hacha de
una especie de gigante revestido con una armadura negra.
Vas en
dirección a popa y de un empujón lanzas a dos enemigos por la borda, tus
compañeros y hermanos de armas siguen peleando por todo el navío.
Ves como el
gran hombre gira su hacha y golpea con un volteo el torso de otro compañero y
este es lanzado hacia los barriles que están cerca del segundo mástil, tomas
aire y corres en dirección a tu enemigo intentando salvar la vida de tu
compañero, te deslizas por el piso de cubierta gracias a que esta mojada por la
lluvia y cortas los tobillos de tu enemigo en ese movimiento.
El gran hombre
cae de rodillas y lanza un estremecedor grito que te eriza la piel, sin más,
golpeas su pecho con la rodilla y clavas la daga en su cabeza atravesando el
casco dejando el cuerpo sin vida al instante.
KAZAK! El rayo
impacta el barco y este cruje fuertemente, la batalla continua y cada vez
quedan menos compañeros, pero ninguno ha abandonado sus posiciones de combate.
Continuas
peleando y con cada gota de sangre que expulsa tu cuerpo sientes como las
fuerzas te abandonan tras ellas, te sientes mareado y a la vez enérgico, te
apoyas en el borde del barco!
KAZAK! Otro
rayo impacta el navío y la madera comienza a crujir más fuerte, mientras te
aferras fuertemente a la borda del navío, una explosión te expulsa lejos
mientras cierras tus ojos y sientes como eres disparado agresivamente fuera del
barco.
Mientras
sientes como flotas en el mar escuchas a lo lejos: Despierta, Quadei Despierta…
Despiertas y
tomas la daga de tu cintura y la pones en el cuello de alguien.
Dannahieri dice
‘Quadei, tranquilo, soy yo… Dannahieri’
Quadei mira a Dannahieri mira con las pupilas dilatadas.
Dannahieri pone
su mano sobre la mano de Quadei y baja la daga lentamente.
Dannahieri dice
‘Tranquilo, solo ha sido una pesadilla’
Quadei
reacciona y mira a Dannahieri y se restriega los ojos.
Quadei dice ‘Lo
siento… no sé qué decir’
Dannahieri
susurra ‘Tranquilo, no sucede nada, bebe un poco’
Dannahieri ofrece
un vaso de agua mientras que con un trapo quita el sudor de la frente de Quadei
con una sonrisa cálida.
Quadei dice
‘Necesito tomar aire’
Dannahieri dice
‘Claro vamos a cubierta’
Quadei se
levanta y junto a Dannahieri abandonan los camarotes de la tripulación para
dirigirse a cubierta.
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